Pacientes intrahospitalarios con diagnóstico presuntivo de psicosis. Abordaje novedoso.

(Por el Lic. Carlos Sacatrauma) A pedido de algunos colegas y de una voz metálica que escucho a la hora del crepúsculo, transcribo aquí algunos apuntes para el tratamiento de estos pacientes en espacios innovadores.

De manera global se observa que los ámbitos tradicionales utilizados como referentes externos del trabajo en los tratamientos y estrategias terapéuticas múltiples para el tratamiento del paciente intrahospitalario con diagnóstico presuntivo de psicosis, son diversos: reuniones de interconsultas, las de equipo, diseño de estrategias terapéuticas entre colegas, médico director, grupo interdisciplinario. Yo he innovado durante mi experiencia en el Hospital Braulio Torda de Buenos Aires, incorporando como espacio terapéutico al grupo de atorrantes de la esquina más empedrada de la zona.

Lo terapéutico de este espacio de chantas y vagos de esquina está en la posibilidad de una labor coordinadamente más alegre, menos formal, y de un posicionamiento distinto de cada uno de los co – terapeutas, de acuerdo a la posición del sol en invierno y en relación a la sombra en verano.

Se decidió junto con el equipo profesional y el dueño del Bar «La Esperanza Roja» , aplicar musicoterapia en los pacientes que pasaran por allí, como modalidad diferente de acceso al psiquismo del sujeto y la sujeta. Este abordaje mediante el discurso no verbal y el uso de la guitarrita terapéutica generó interacciones positivas dentro del equipo y los pacientes, hasta que se consensuó entre los cinco pacientes tratados y el Coordinador de la experiencia, el Lic. Beneti, la expulsión de uno de los integrantes de la terapia (un nanoterapista), al gritarle «culona» (sic) a una mujer de la Policía Federal que cuidaba la zona.

La terapia continuó desarrollándose regularmente durante todo el año, interrumpida solamente los días de lluvia y cuando alguno de los terapeutas se alcoholizaba involuntariamente. Luego de seis meses y hacia el final del año, los pacientes habían alcanzado equilibrio y cada uno continuaba con su psicoterapia individual. De los cinco pacientes, cuatro habían egresado con su grupo familiar y el restante tenía salidas junto con un acompañante terapéutico pelado.

Para las fiestas de fin de año el grupo se volvió a unir y armó un equipo de fútbol entre pacientes y terapeutas, al que, los pacientes insisterion en llamar «Los Sacachispas de Sacatrauma», en mi honor. Tuve oportunidad de regalarles las camisetas, de color verde manzana, símbolo de la esperanza, y color que comprobé relaja las tensiones durante la competencia. Al arquero lo vestimos de negro, como corresponde a la terapia tradicional de arqueros, complementando su rol de jugador – nojugador, objeto sexuado – objeto asexuado.

Los resultados de este trabajo, que diera origen a mi conocido paper «Zehn Gründe, Wein zu nehmen» refuerzan el criterio de otros colegas y académicos que plantean la existencia de subgrupos dentro de los distintos pacientes de los Hospitales con error diagnóstico, lo que contribuye a reorientar la terapia en un sentido pre-co-re-asertivo, a la vez que se forman lindos grupos humanos y se hacen amigos.